lunes, 7 de abril de 2008

LA TEOPOLÍTICA (y IV)

Retomando el hilo de lo dicho sobre este asunto, si un partido como C’s pretende encontrar un sitio en el Sistema para hacer los cambios que pretende, sólo lo podrá conseguir con un producto nuevo. Ha de ser algo diferente que le sirva de palanca para forzar su sellada y bien cerrada puerta. Si repitiéramos los esquemas habituales, (que es lo que en realidad está haciendo C’s), y en el supuesto de que dispusiéramos de toda la financiación y medios deseables, y consiguiéramos sustituir al PP o al PSOE en su lugar, tampoco renovaríamos nada, porque somos tan humanos como ellos, con todos sus defectos y virtudes, y lo único que nos diferencia ahora, y nos da un plus de legitimidad, es que somos, o creemos ser, víctimas del sistema que sostienen. ¿Si no de qué nos quejamos? Se impone por tanto reformar el Sistema o parte de él, lo cual es mucho más importante que cambiar a las personas, para las cuales -para todas ellas- se supone que los políticos deben trabajar.

¿Cómo lograrlo? De entrada todo lo que sea repetir es errar el camino. ¡Más de lo mismo no hace falta ni merece el esfuerzo! Se impone revisar con ojo crítico la manera de hacer política y pensar como ciudadano que desea un servicio (el político) y está dispuesto a costearlo y exigir resultados o responsabilidades. Mirar al político desmitificándolo, como se mira al tendero, al médico o a cualquier otro profesional por alta que sea su cualificación. Sabes que los necesitas, pero orientas su saber en tu beneficio y les pagas por ello. Esa recompensa y el reconocimiento por su buen hacer es el pago. ¡Respeto sin mistificación! Es a todo lo que aspira el buen profesional. En cambio el brujo, el sacerdote, necesitan del misterio. Nos necesitan ignorantes para que no descubramos su ignorancia. Así nace el teopolítico. Su excusa es que no se puede escuchar a tantos, y hasta no hace mucho no les faltaba razón, y así él decide por todos, caminando por el estrecho filo que separa el servicio del interés común antes que el propio. ¿Cómo resistir las tentaciones sin apenas control ni responsabilidad?

El referendo fue la primera cuña en el poder místico, y hasta ahora, la única diferencia entre democracia y dictadura. Cada cuatro años, u otro plazo fijo, los ciudadanos deciden -entre grandes limitaciones- quiénes les van a gobernar, porque ya he dicho que pretender que escogen a sus representantes es una falacia dialéctica. No se representa a quien no se escucha y no se representa a quien no se obedece. ¡Llamemos a las cosas por su nombre! ¡Escogemos gobernantes, no representantes!

Pero un referendo, (la única grieta en el poder místico), sólo es, en esencia, una cesión de poder desde los gobernantes a los ciudadanos. Y ésta es la clave y el camino: -Transferir poder de arriba a bajo. Toda transferencia de poder en esta dirección aumentará el grado de eficacia y de responsabilidad de los políticos, alejándolos de la Teopolítica y acercándolos a la profesionalidad y a la eficacia. Exactamente igual que pasa con cualquier otro profesional. Es una falacia argumentar que “el pueblo” no entiende de leyes, o no sabe de esto o lo otro, para rehusar escucharlo y obedecerlo. Tampoco entiende tanto de arquitectura un ciudadano como su arquitecto, pero no por ello éste dejará de escucharle, y en última instancia obedecerle cediéndole la decisión final tras exponer sus razones, que podrán ser atendidas o no. Porque el ciudadano sabe lo que quiere. Él es el que mejor conoce sus problemas y sus necesidades. El profesional sólo debe saber cómo hacer su trabajo y presentar las ventajas, inconvenientes y los costes de la pretensión del ciudadano, para que éste vea si puede o quiere asumirlo. La misión del político es hacer todo lo que el ciudadano no desee o no sepa hacer, pero éste debe tener línea directa para intervenir cuando y como lo desee, y cambiar el rumbo si le parece. Esta posibilidad, en cambio, el teopolítico actual la detesta, pero es lo habitual en la sociedad civil. En cualquier momento, el cliente levanta el teléfono y cambia la orientación de un encargo. El profesional escucha; argumenta ventajas, inconvenientes y costes, el cliente decide y el profesional obedece. Pretender que el cliente no te “moleste” en el desarrollo del proyecto es una arbitrariedad y una prepotencia que perjudica tanto al cliente como al supuesto profesional. Al primero porque le desvirtúa su voluntad y al segundo porque lo anquilosa en su trabajo, que pronto orientará en función de su interés y comodidad.

El problema es que no existe un ciudadano sino millones. ¿Cómo escucharlos a todos? Lo primero es que no hay que escucharlos a todos. Sólo a los que quieran. Tener un teléfono no significa que tengas que usarlo. Sólo que puedes usarlo. Lo primero que debe hacer el político es crear la manera de que el ciudadano pueda hacer conocer su voluntad de modo eficiente. Esto es producto nuevo. Esto es transferir poder real en la dirección adecuada, y conoceréis al teopolítico por la resistencia que opondrá a trabajar en esta dirección. Pero si alguien quiere servir a la sociedad y vivir honradamente de ello en cualquier oficio, lo primero que hará es facilitar al cliente la manera de que se ponga en contacto con él y le exprese su voluntad. Sea cual sea la magnitud de la dificultad de escuchar a millones de personas, trabajar en esa dirección es lo que aumentará las posibilidades de que un partido político llegue a conocer y resolver “los problemas reales de la gente”.

Ya dije en la respuesta a un comentario que mi objetivo es reducir la Política a un diálogo entre dos partes. Nada puede ser más eficaz: de un lado el ciudadano (cualquier ciudadano) y del otro todos los demás, Sistema incluido. Nada de asambleas, ni foros, aunque ni me estorban ni los combato. Son herramientas como otra cualquiera que tienen su uso y su lugar. Algo así es posible hoy en día mediante la informática. Sólo falta crear la herramienta, que necesita más potencia que inteligencia. Desde aquí llamo ya a posibles programadores que quieran trabajar para el futuro en un producto nuevo. La informática es esa herramienta que el poder utiliza a marchas forzadas, y sin ningún pudor para controlar al ciudadano con la excusa de su seguridad y así aumentar su poder indefinidamente. Si tecleo en el buscador de Google: About.aspx, me aparecen 427.000 entradas en 0.23 segundos. Procesar millones de opiniones en tiempo real no es un problema técnico hoy en día. Lo que falta es la voluntad política de crear ese instrumento. Los políticos que una vez apercibidos de esa posibilidad, se opongan a desarrollar una herramienta que les facilite la comunicación con la voluntad ciudadana son, en realidad, teopolíticos. Pero tampoco faltarán intelectuales, e incluso ciudadanos que se resistirán con mil argumentos, como los ha habido en la defensa de todo viejo sistema. Serán, a su vez, teointelectuales y teociudadanos, porque nunca han existido sacerdotes sin sus acólitos y sus fieles. Mi objetivo es, sin prisa pero sin pausas, entrar en sus cabezas, porque nos necesitamos todos, y más en un Partido que se atrevió a decir que “sólo le importaban las personas”.


Juan José Ibáñez

C’s de Sant Cugat

Endavant ciutadans!


P.D. Me dice un amigo que debería poner P.S. (post scríptum) en lugar de P.D. (Posdata: lo que se escribe detrás de la fecha que antes se ponía al final de la carta sobre algo olvidado en el texto u otro asunto sin relación.) Ambas siglas significan lo mismo, o sea que si mi amigo no se molesta, seguiré mi costumbre.

A estas alturas del día 6, todavía no tengo información fehaciente sobre el CG de ayer. En cualquier caso invito a los afiliados a analizar los resultados bajo la óptica que he desarrollado sobre lo que es Política y lo que es Teopolítica. Es decir, si se ha trabajado para recoger y atender la voluntad de las bases o se las ha orillado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola a todos, este escrito de Juan José me traido a la memoria una vieja Contra de La Vanguardia. Os la adjunto porque ya en su momento me pareció interesante y creo que no ha perdido validez. Bien al contrario, y va en esa linea.

Irene García

Voi-là:

JOHN BROCKMAN, APÓSTOL DE LA ´TERCERA CULTURA´
"Los genios son de ciencias y de letras"
LLUÍS AMIGUET - 09/01/2006

Tengo 63 estimulantes años... El neurólogo Dennet suele interrumpir mis discusiones científicas: "¡Basta de tonterías!, ¿cuántos años tienes realmente?". Casado, un hijo que piensa conmigo. La inteligencia es una red. La tercera cultura es la superación de la división burocrática entre letras y ciencias que paraliza el saber. Colaboro con el CCCB

- Usted se presenta como "pensador"... ¿Se puede vivir de eso?

- Es una pregunta estimulante. ¿Lo ve? Usted también vive de hacer preguntas estimulantes. Créame: si algo le interesa sinceramente, interesará a más gente, tendrá un mercado y usted podrá vivir de él.

- Aquí me temo que no siempre es así.

- En cualquier parte se puede vivir paniaguado de algún sueldecito de institución, corporación o ministerio. Pero lo que yo defiendo es que hoy el individuo y su pensamiento son un mosquito insignificante en medio del pensamiento orgánico de los grandes monstruos corporativos públicos o privados.

- Eso es lo que le decía al principio.

- ¡Pero por eso mismo es tan necesario pensar por libre fuera de esa matrix! Toda mi vida me la he ganado localizando y conectando a estos pensadores por libre.

- Tiene usted reputación por ello.

- Eso es la tercera cultura:la inteligencia es una red, pero una red de independientes, un tejido neuronal de cerebros libres en perpetua estimulación reticular, ¡no un ejército de siervos a sueldo siempre pendientes de agradar al amo!

- ¿Pero quién le paga a usted los recibos?

- La mayoría de las personas se dan cuenta de que han convivido con genios a los 80 años, cuando ya es demasiado tarde. Yo fui consciente de la notoriedad de algunos de mis contemporáneos a los 20 años... ¡Y me conecté a ellos! Vivo de divulgar ese saber.

- ¿Cómo?

- Antes de cumplir los 30, escribí mi primer libro sobre cibernética. Y Bateson, el padre del invento, me invitó a su reunión de la American University of Masters.

- Suena pretencioso.

- Pura ironía. Bateson era un cachondo. El único requisito para estar allí era tener ideas y ser independiente: que tu valor no emanara de un cargo, de unas siglas o una marca junto a tu nombre en la tarjeta. Podías ser un desconocido todavía, pero tenías que ser sólo tú y tus ideas. Los mejores iban por libre.

- ¿Se divirtió allí?

- Pensamos internet, anticipamos que la inteligencia es una red sin centro y que su esencia no está en un núcleo sino en la circulación a través de esa red. Establecimos una relación no lineal entre input y output.

- Los sistemas complejos.

- ¡Sí! Aquella red de pensadores ya intuyó que sólo había solución para los problemas complejos desde la no linealidad. La evolución del clima, las migraciones o la economía sólo podían interpretarse trascendiendo los esquemas de siempre.

- ¿Recuerda algún momento especial?

- Recuerdo a Bateson proclamando que la cibernética era la idea más trascendental para la humanidad desde Jesucristo. Y también puedo evocar la imagen de todos nosotros tiritando en el laboratorio del MIT...

- ¿Tiritando?

- La sala estaba refrigerada, porque ante nosotros teníamos... ¡el primer computador de la historia! Enorme, ocupando él solito media universidad.

- Emocionante, es verdad.

- Aquello era arte y era poesía y era mística... ¿Leonardo distinguió entre arte y ciencia? ¿Erasmo decía que era científico y negaba ser artista o literato? ¿Aristóteles era científico u hombre de letras?

- Entonces era más fácil saber de todo.

- Hoy, quien no aspira a saber acaba siendo sólo un especialista. ¡El especialismo es la muerte del conocimiento en manos de la burocracia ajustada a los presupuestos y las conveniencias de esas corporaciones de que hablábamos!

- ¿Ésa es su tercera cultura?

- Es la superación de las dos culturas: la científica y la literaria, para integrarlas en una tercera en la que sólo hay conocimiento.

- Los artistas fruncen el ceño cuando les hablan de la ciencia.

- ¿Y pretenden explicar algo nuevo? Acaban decorando los pisos de los ricos, eso es todo. Igual que un escritor que no se haya molestado en saber hasta dónde hemos llegado como especie: sólo puede aspirar a inspirar el guión de alguna teleserie.

- Ya sería mucho.

- Clonación, células madre, genoma, internet, cibernética... Los gobiernos sólo pueden reaccionar tarde y mal para seguir la dirección que les marca la ciencia.

- Votan grandes presupuestos.

- Eso no garantiza nada, sólo que parece que hagan algo por la ciencia, pero el conocimiento pertenece a espíritus libres que dialogan con otros espíritus libres. De ahí salieron los grandes inventos, que nadie ha votado, pero que cambian nuestras vidas de verdad, gobierne el partido que gobierne. ¿Alguien votó por internet o por la clonación?

- Sin democracia es difícil pensar libre.

- La democracia es el primer fruto del diálogo libre entre espíritus libres.

- La ciencia no responde a todo.

- La ciencia no tiene todas las respuestas, pero tiene todas las preguntas.

- Deme ejemplos.

- La historia de la ciencia está llena de preguntas que dieron lugar a descubrimientos considerados social, moral o emocionalmente peligrosos en su época y que hoy son el fundamento de nuestra concepción del mundo.

- Por ejemplo.

- Muchos, le citaré a Copérnico o Darwin.

- Suficientes.

- Por eso mi pregunta anual a nuestro Reality Club de científicos este año será: ¿cuál es su idea peligrosa? Y me refiero a una idea que es peligrosa no porque se crea falsa sino porque puede ser verdadera.

Anónimo dijo...

Después de oir ayer a la gran Rosa Díez en el Congreso, a mí no me queda dudas ya sobre dónde se encuentra el verdadero proyecto de regeneración democrática: en la propia Rosa Díez. Ciudadanos, como mucho, podrá negociar su incorporación al partido que Díez lidera. Parece que, hoy día, es la única opción posible de supervivencia para Ciudadanos.