lunes, 12 de mayo de 2008

CHOQUE DE TRENES


A estas alturas, salvo los más de mil afiliados de los llamados pasivos que han recibido diversos comunicados de la Ejecutiva y el Consejo General sin saber de que iba el asunto, todo el mundo en el Partido conoce ya la situación en C’s: tenemos ya la famosa polarización (al final podremos utilizarla para echarle la culpa del desastre) entre las posiciones del CE+CG y la encabezada por los diputados José Domingo y Antonio Robles. Hay mucho más, pero el protagonismo ya ha sido acaparado. Resulta muy cómodo procesar en binario, como las computadoras: Si/No. Blanco/negro. Y fuera los grises y demás colores. En este mismo blog (Consejo General y Manifiesto por un Congreso) ya manifesté mi opinión, denunciando mucho de lo que cada vez es más evidente. En los foros se ha argumentado profusamente en ambas direcciones, pero en mi opinión, cada uno desde su trinchera, con pocas ganas de entender al que discrepa. La base de cada postura es probablemente, para los que están en contra, el nefasto recuerdo del II Congreso y la sangría que significó para el Partido, así que no se hable más: NO y NO. Para los que estamos a favor de un Congreso Extraordinario (CEx), lo es la sincera creencia de que la línea de la Ejecutiva ha fracasado –lo dice la realidad- y algo debe cambiar radicalmente en C’s si no queremos entonar el canto del cisne en las próximas autonómicas. Ambas posiciones tienen poderosos motivos, y no ganamos nada con echárnoslos a la cara si la tenemos detrás de un paraguas de intransigencia. Es preciso escuchar con disposición de encontrar lo que nos es común: el interés del Partido.

Del lado oficialista se critican, no sin razón, ciertos aspectos formales en la presentación del manifiesto, pero se elude discutir la cuestión de fondo. Por ejemplo cuando se acusa de irresponsabilidad a los dos diputados citados pero no se argumenta el por qué lo son, eludiendo así el debate y perdiendo una excelente ocasión de exponer sus razones, lo que da pie a pensar que en el fondo, en lugar de argumentos se tienen solamente posiciones emocionales e instintivas. Se agita el fantasma del II Congreso o se da rodeos. No hay más.

Del lado del manifiesto se acusa a la Ejecutiva de obstruir lo que en definitiva no es sino el ejercicio de un derecho de los afiliados, el que se refleja en el artículo 4.3.2, que permite a un tercio de ellos exigir un CEx. Se argumenta que el momento es adecuado para, sin prisas, con el horizonte despejado de compromisos electorales, debatir sobre los puntos que se exponen en el manifiesto y seguir vertebrando el Partido.

Creo que la Ejecutiva y el CG han reaccionado con precipitación prácticamente desde que José Domingo propuso un CEx, forzando una votación cuando la propuesta ya había sido retirada (entre otras cosas porque no estaba en el orden del día), pero el error fundamental es cuando se responde oficialmente a un documento que no se ha recibido oficialmente -según sus propias palabras- y que no anexan, junto con sus argumentos, en el informe que pasan a los afiliados, tomando partido y utilizando los recursos comunes en la exclusiva defensa de su posición, desinformando al afiliado y obstruyendo los derechos de los afiliados que respaldan el manifiesto, y que también tienen la obligación de defender, los compartan o no. Si no hubieran enviado comunicados, nadie les podría exigir la difusión del manifiesto, pero al hacerlo, dejan de actuar como representantes de todos, que es lo que les da derecho a disponer de los recursos de C’s en bien del Partido, para utilizarlos contra una parte de la militancia rompiendo así la equidad. De todas maneras, la discusión de este punto no es el objeto de este artículo, que en última instancia sería la Comisión de Garantías, veladora de los derechos de los afiliados, quien tendría que dilucidar, sino acercar posiciones y tender puentes.

Me gustaría recordar a los órganos directivos que lo son de todos, y que no deben hacer sus cálculos desde una posición de fuerza (ganamos o no) sino de lo que es bueno o malo para el Partido (sumamos o no). ¡Estamos en el mismo barco y cada afiliado cuenta! Cada victoria de una parte es una derrota de otra parte de C’s. Y el Partido siempre pierde. Es preciso actuar con generosidad, y sobre todo, no decidir antes de tiempo ni convertirse en muro que se desgasta inevitablemente mientras detiene el impulso, equivocado o no, de una parte de la militancia. Un buen negociador nunca dice NO. Ello certifica su fracaso. Siempre deja una puerta abierta, y deja que el NO se imponga por si solo, por la propia debilidad del SI. En todo caso el NO es el último recurso, agotados todos los demás. Pero aquí se usó como la primera opción. Por otra parte, un buen negociador siempre está dispuesto a ceder algo -nadie tiene nunca toda la razón-. De lo contrario sabrá que habrá vencido pero no convencido, y las victorias a veces se acaban pagando más caras que las derrotas.

Si me permitís, creo que todavía es posible reconducir la situación sin daño para nadie. Aunque la situación se haya bipolarizado, la realidad es que desde Sant Cugat ya presenté una propuesta mucho más respetuosa con todas las posiciones y que quizás tuvo mucho que ver con el alto apoyo que la Agrupación dio al CEx (más del 90%). Ya la he comentado en este blog pero la vuelvo a repetir: ante la insatisfacción que me produjo el Plan Estratégico de la Ejecutiva, decidí impulsar mi solicitud de que se abriera un período para que la gente que crea que tiene algo que aportar en la supuesta reorientación del Partido, pudiera decir lo que quisiera, en el convencimiento de que sólo los que están seguros de la bondad de su propuesta están dispuestos a trabajar por ella y jugarse su tiempo, su dinero, su esfuerzo y su prestigio. Los buñuelos se desinflan solos. No hay que gastar energías pinchándolos. Tras un par de meses, en que los interesados podrían presentar sus proyectos o propuestas a las diversas agrupaciones -lo que movilizaría el Partido en el buen sentido, fomentando la participación- si quedara algo en el cesto que mereciera un CEx porque fuera preciso retocar algún aspecto estatutario o incluir alguna persona o crear algún órgano con sus atribuciones, estaría justificado un CEx totalmente constructivo e ilusionante que relanzase C’s.

Como no me quedó otra salida para que algo se moviera –o esto o el silencio- no tuve otra opción que subirme al tren del manifiesto, con toda la determinación, pero sin perder la esperanza de poderlo reconducir hacia una postura conciliadora. La resistencia de la Ejecutiva a escuchar -o la sensación que tengo de ella- así como la prisa por bloquear decisiones que merecían largo debate me hacen creer que estoy en el lado más adecuado para ayudar a que se moderen y relativicen las posiciones. A fin de cuentas, la otra parte cuenta con el poder y los medios, que ha demostrado usar. Esa posición de fuerza suele ser mala consejera.

Los Congresos no son por sí mismos ni buenos ni malos. Nuestro primer Congreso fue un desastre organizativo pero todos salimos felices y lanzados. El segundo estuvo bien organizado pero acabó en un gran daño para el Partido. El mal ya estaba incubado en la intolerancia y falta de generosidad con que se manifestaron las partes. Una ganó de calle y la otra perdió, pero el Partido, sin embargo, sufrió un gran quebranto. Dentro de C’s es preciso desterrar la voluntad de vencer y sustituirla por la de convencer y dejarse convencer. Todo lo demás nos debilita y destruye. Esa actitud ha sido nuestro gran error común.

Imaginemos por un momento que la Ejecutiva ofrece una tregua y llama a los dos diputados “díscolos” con la siguiente oferta: -¿Queréis un CEx? Entonces habéis asumido una gran responsabilidad. Congelad vuestra iniciativa de recoger firmas para un CEx y abramos un paréntesis para que expongáis vuestros motivos de modo razonado al mismo tiempo que dejamos hablar a quien crea que tiene algo que decir. Tras el debate de propuestas ya veremos si procede, o no, un CEx. Quizás hasta sería posible incluir todas las iniciativas interesantes en lo que sería ya el Proyecto del Partido, no sólo el de la Ejecutiva.

Hay situaciones en las que seguir adelante obstinadamente, sin la menor concesión a lo que no sea el punto de vista propio, es tan inteligente como dos trenes lanzados en sentido contrario por la misma vía esperando que el otro se aparte. Por pequeño que pueda ser un tren, o grande el otro, ninguno saldrá indemne del choque. Alguien debería hacer algo.

Juan José Ibáñez

C’s de Sant Cugat

Endavant ciutadans!

P.D. Hoy no hay posdata.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Ibañez,

comenta que primero se abriera un período de discusión de proyectos y si no aparecían ideas de interés no habría CEx, en vez de pedir un CEx en el que ya incluye ese período de discusión de proyectos. Lo mire como lo mire las pegas que se pongan serán las mismas, no será ahora pero será más tarde, eso si se avinieran a consultar, porque, le recuerdo, que el CE ya ha presentado su plan estratégico sin proponerlo a los afiliados. Con lo cual dan el tema por finalizado.

Yo también pediría que recapacitaran y revisaran su estrategia. Se han olvidado muy pronto cual es el objetivo y nuestra razón de ser y de existir.

Estoy de acuerdo en que el partido ganaría si el CG y el CE facilitaran la iniciativa, prosperara o no.

alfredo dijo...

Hola juan José, como siempre un texto muy interesante.Sigo esperando el entendimiento entre las dos posturas. Sino un Congreso extraordinario, ncesitamos un verdadero cambio. Las medidas propuestas por Rivera son pobrísimas, y no llevan a ningún lado. Por otra parte la presentación de Robles y domingo, ha sido nefasta. Eso no se hace en medios públicos. Por otrp lado resulta muy sospechoso que acusan de presidencialista a un partido, y luego Izquierda liberal pida la unión con UP y D, un partido hoy por hoy antidemocrático.
Volviendo al tema, creo que las federaciones y las bases deben marcar la estrategia a seguir, vista la ineptitud de dirigentes y opositores de altas instancias.
Por eso, espero, que, independientemente y fuera de las siglas o la corriente Izquierda Liberal, te presentes junto con gente de base de toda España, con las propuestas tan interesantes que planteas para estar a la cabeza de Ciudadanos. O al menos para estar ahí, guiando y apoyando.
Te dejo esa patata caliente. No veo actalmente formas de salvar el partido que un Congreso, que derrote en el buen sentido a oficialistas y opositores tipo Robles.
Un saludo y disculpa la sinceridad