jueves, 8 de mayo de 2008

PLATAJUNTA De Pequeños Partidos


Hoy hablaré de una nueva propuesta, pasado ya un cierto tiempo desde la anterior: la Iniciativa 5x1, que podría cambiar radicalmente la forma actual de hacer política por el simple hecho de introducir el voto económico anual. Sin embargo, esta vez no será mía, sino de un compañero de Galicia de quien la he recibido por vía interpuesta y con permiso de difusión. Leyéndola se me enciende la chispa de la percepción de algo valioso: -¡Esto es bueno!, -me digo. -¡Esto es producto nuevo! Y me alegra que haya gente en C’s que esté por la labor y que piense desde otras coordenadas que las habituales.

El texto, de Francisco José Martínez Palacián, y titulado “Documento Marco” fue pasado hace meses a la Ejecutiva con el mismo éxito que obtuvieron mis propuestas: ni siquiera un acuse de recibo. Y es que esto de que sólo importen las personas en plural, pero jamás en singular, es muy “teopolítico”. De su correo, en el que acompaña el documento, extraigo el mejor resumen: (Las negritas son mías. El documento completo lo colgaré en un comentario.)

-Teóricamente la ejecutiva está orientada a una mayor presencia en los medios de comunicación. Creo que no han entendido que vivimos en el contexto de la desintegración de un sistema monetario y financiero. Nadie les va a regalar nada. Es necesario negociar desde posiciones de fuerza.

-Pienso que podríamos establecer una coordinadora con otros partidos políticos minoritarios, para forzar así nuestro acceso a los medios de titularidad pública. De lo que se trata es de poder realizar debates en los medios públicos de difusión, entre representantes de partidos políticos minoritarios.

Nuestro compañero hace un análisis, en algún momento difícil de seguir, sobre la manipulación mediática de las noticias, su banalización, a través básicamente de la TV, que marca el ritmo de todos los demás medios, pero admitiendo que sin ella, actualmente es imposible vender un producto político, lo que nos obliga a entrar en el juego para existir. Al final su propuesta se concreta, como ya se ha avanzado, en la necesidad de establecer una Coordinadora o Platajunta (por analogía con la platajunta de la Transición) de pequeños partidos para forzar nuestra intrusión en los medios de comunicación, especialmente la TV, sin los cuales no existiremos.

Algunos extractos, ya del documento, son los siguientes:

-Un medio de masas, nunca presentará, a no ser que se le presione, un “producto político” poco conocido. No es rentable. Debemos convencerles acerca de nuestra rentabilidad.

Si tal como nos incitan los medios corporativos, nos limitamos a simular actividad racional, no sabremos nunca el por qué de ciertas cosas ni la verdadera dimensión de muchas otras.

Esto no nos permite mantener un vínculo comunicativo permanente con la generalidad de la población, carecemos de una cuota de share mínimamente aceptable.

Para resumir, nuestra débil posición intrínseca deriva de lo siguiente: nuestro mensaje es racionalista en un contexto en el que prima la irracionalidad.

[Nuestro compañero propone no limitarnos sólo a actividad racional, supongo que se refiere a todo tipo de debates (racionales o no), sino a buscar también actividades “emocionales”, como por ejemplo, lo fue, en su día, el desnudo de Rivera de la primera campaña, porque debemos llegar, y todos los medios legales son válidos para ese objetivo. Tenemos muchas cabezas en C’s y con muchas formas de pensar, sólo hay que darles la posibilidad de proyectarse. Luego las ideas se depredarán solas y lo mejor sobrevivirá.]

Se hace imposible el gobierno sin un plan y un conjunto de medios para la comunicación política, de la misma manera que a día de hoy es inconcebible el diseño de un plan de comunicación sin medios para la comunicación. Definir nuestro propio escenario para la comunicación es una tarea que nos marcamos y que está más allá del análisis de la lógica comunicativa del poder y de su rechazo. Nuestros reductos en la red (una red extensa y tupida, pero una red invisible para la mayoría) hacen posible la supervivencia a pesar y por encima de los medios corporativos, pero son insuficientes para una proyección de mas calado.

El peso relativo de la TV es impresionante y, con independencia de las tiradas o las audiencias de otros tipos de medios, su formato es hegemónico e indiscutible. Esto debemos tenerlo muy en cuenta, toda estrategia política debe ser en el fondo, a partir de ahora, una estrategia de acceso a la televisión, todo lo que se insista en este punto es poco. Francamente espero y deseo, que vosotros, mis compañeros, entendáis que a partir de ahora, estrategia política es estrategia de acceso a la televisión, nos guste o no.

Buscar la integración jugando ”más fuerte que nadie”. Hiperagresividad de la imagen que no del mensaje.

[Personalmente no veo la razón de renunciar a un mensaje también impactante. El objeto de la imagen es atraer la atención sobre una idea fuerza y diferenciadora, que es la que dará la credibilidad de la marca. Pero esta idea también ha de llegar por si misma, y sobre todo sostenerse tras el impacto visual de la imagen. De este segundo aspecto, por ejemplo, carecía el desnudo de Rivera, pero sí que lo tenía el mensaje: “-Sólo nos importan las personas”, componiendo el poderoso efecto conjunto que ayudó notablemente a ponernos en el mapa político. Desde entonces hemos carecido de imagen (destrozada por nuestras reyertas) y mensaje, diluido o robado por la competencia.]

Propongo la creación de una coordinadora de partidos políticos minoritarios, con la finalidad de aumentar nuestro acceso a los medios de masas:

Y acaba:

A partir de aquí, ahora os toca a vosotros, queridos compañeros, seguir desarrollando.

En un primer momento no acabo de verlo: -¿Una platajunta de pequeños partidos? ¡Partidos, todos ellos, tan dispares en sus objetivos! La imagen de una jaula de grillos me viene a la cabeza inmediatamente. Sin embargo la idea es diferente. A nadie se le ha ocurrido hasta ahora, e históricamente siempre los pequeños se han aliado para enfrentarse a los grandes, encontrando en ello su única posibilidad de imponerse, así que aceptando su reto de que ahora nos toca a nosotros, me pongo a pensar: -¿Qué intereses comunes podrían unir a los pequeños partidos? Quizás algún punto programático podría coincidir entre algunos de ellos, pero una coordinadora de todos ellos necesita una argamasa común para mantenerse unida. Algo que interese a todos los pequeños partidos sin excepción. ¡Y rápidamente aparece la respuesta! Lo que todos los partidos pequeños tienen en común es el ninguneo de los grandes, y la escandalosa falta de igualdad de oportunidades a que los someten cuando concurren a las elecciones. Los ciudadanos ajenos a la política no se dan cuenta, pero basta militar en un pequeño partido, como C’s, y pasar por una elecciones para indignarse del ventajismo de los grandes partidos. Ellos no sólo copan los medios de comunicación y las mejores vallas y posiciones publicitarias, sino que no contentos con esa ventaja inmoral silencian (tal es su miedo) en los medios que ayudan a financiar con dinero público y en los que tienen otro tipo de influencias, toda publicidad de los pequeños partidos en la medida que les es posible. Es algo así como si el Real Madrid y el Barcelona comenzaran la liga con 20 puntos de ventaja en aras de su historial y del número de sus aficionados, y además, trataran de que los equipos más débiles dejaran de jugar el máximo número de partidos posibles para disminuir la probabilidad de que arañen algún punto. ¿Qué le parecería a los espectadores una liga así? ¿No sería terriblemente aburrida, de bajísimo nivel técnico y quedaría reducida a la bipolarización entre los dos equipos citados? ¿Iría gente a los campos o se abstendría? Sólo faltaría que las entradas te las cobraran en cuenta, obligatoriamente. Vayas o no vayas al partido para que el símil sea perfecto.

¿Tiene todo este despropósito alguna justificación moral? Los grandes partidos arguyen que si se diera igualdad de oportunidades a los pequeños partidos el país sería ingobernable. (Ahora sí dicen ingobernable, en lugar de in-representable.) Yo sólo digo que sólo se destruiría la forma actual de gobernar, y nada más. Pero aun suponiendo que lo que dicen fuera cierto, habría que justificar que el fin (la gobernabilidad) justifica el injusto medio (la desigualdad de oportunidades). Les invito a desmontar esa falacia. Es demasiado para este artículo, pero soluciones “haylas”, como las meigas, y la coordinadora mencionada podría hacer mucho ruido mediático con ellas, y C’s podría ser su impulsor y principal beneficiario.

Otro matiz a estudiar sería establecer si al ciudadano le favorece, o no, la máxima competencia de ideas políticas. Esta cuestión es más fácil de despejar. Lo normal es que la competencia favorezca al consumidor y aprieta los tornillos al productor, que sin ella se apoltrona y pierde en calidad, servicios y eficiencia (¿les suena?). De modo que probablemente, la postura actual no sólo perjudique a los pequeños partidos, sino también al conjunto de los ciudadanos. ¿Adivinan ustedes a quiénes beneficia entonces?... ¡Lo han acertado! ¡Al Barça y al Madrid! No al fútbol ni a los aficionados. ¡Vaya liga corrupta y aburrida!

Y el resto lo dejo para la futura platajunta. La pista ya está servida, pero no me resulta difícil imaginar las inmensas posibilidades de un organismo de este tipo, que C’s podría promover y conseguir una alta cuota mediática mientras van minando el monopolio de los grandes partidos al poner en evidencia sus abusos e incongruencias. Seguro que sería una fuente de noticias continua e inagotable mientras el sistema permanezca.

Juan José Ibáñez

C’s de Sant Cugat

Endavant ciutadans!

P.D. Desde diversas fuentes me han criticado que hable, en este medio accesible al público, de cuestiones internas del Partido C’s. -¡Los trapos sucios se lavan en casa! –Me dicen. Este tópico, como todos los tópicos, peca de maximalismo. ¿Por qué es siempre cierto y nunca falso? No creo que hasta ahora haya perjudicado al Partido, sino todo lo contrario, con lo dicho aquí. Mi postura es un acto consciente y calculado constructivamente. Pretendo hacer lo que ningún partido hace: debatir con transparencia. Es algo que encanta a los que no tienen nada de que avergonzarse, y forma parte de mi producto nuevo. Señores… ¡Pasen y vean! ¡Yo vendo un producto llamado C’s!

Un cierto silencio estratégico puede ser razonable durante la preparación de cualquier iniciativa o la discusión de cualquier problema, pero sólo será moralmente justificable si su destino es la luz; no la ocultación de técnicas o maniobras espurias o inmorales, tan frecuentes en política y que nadan tan cómodamente en las aguas del secretismo. Como siempre todo será cuestión de medida. De otra parte, no escribo sólo para los afiliados de C’s, sino para todo el mundo, gente de otros partidos o no, a las cuales quiero enseñarles lo que C’s podría ser. Es muy reconfortante oír a un nacionalista decirme que si tal o cual iniciativa la promocionase C’s él se daría de alta en el Partido. ¿O es que creen que la iniciativa del voto económico no interesaría a cualquier afiliado de cualquier partido? Mi objetivo es construir una sociedad mejor, simplemente. Y creo que eso pasa por dejar que la gente hable. Quien tapa bocas, en el fondo, sólo quiere imponer su palabra. Pero a cada paso que doy encuentro todas las barreras de los previsores defensores del Sistema. Sea éste cual sea. El Sistema, desde luego, tiene que defenderse –no soy ningún irresponsable- pero a todo aquél que le asiste la razón, o busca lo mejor, le encanta manifestarla. El problema surge cuando el Sistema se acomoda y pasa de servir a hacerse servir. Esta enfermedad se manifiesta en muchos grados y nunca se está a salvo de ella. Yo creo que C’s la padece. No hay más que ver la que se ha montado por no querer abrir una consulta en la web. Claro que también podría equivocarme, pero a quien me lo hiciera evidente le quedaría agradecido, y nunca trataría de rehuir argumentos recurriendo sistemáticamente a formalismos, faltando al respeto o por cualquier otro medio de distracción. Quien así maniobra sólo es un guerrillero de la palabra. Defiende la suya y no busca la mejor o la verdad. No negocia. Sólo vence o es vencido. ¡Qué lástima!

3 comentarios:

Un hombre de campo dijo...

Para encontrar una solución, lo primero es acotar el problema. Se dice en un lugar del texto "Desde entonces hemos carecido de imagen (destrozada por nuestras reyertas) y mensaje, diluido o robado por la competencia.]".
Es un diagnóstico acertado. Ya sólo nos falta buscar remedio...

Anónimo dijo...

Publico a continuación el documento marco de Francisco José Martínez.
Juan José Ibáñe
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ANÁLISIS DEL IMPACTO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN CORPORATIVOS EN LAS PASADAS ELECCIONES. PERSPECTIVA IDEOLÓGICA-SOCIOLÓGICA.
1 - Punto de partida.
La información convencional que el electorado español ha recibido en las pasadas elecciones, la de los medios de comunicación de masas, se ha basado fundamentalmente en la agenda política institucional-bipartidista, que restringe la noción de sistema político al gobierno su administración, y a la oposición reconocida como “aceptable”, sin incorporar a otros actores y a sus demandas. Esto explica en gran medida la tendencia comprobada en España, a repetir mandato el partido en el gobierno. Tal es la influencia de los mass media en las actitudes de la población.
El protagonismo ha quedado reservado para ciertos actores selectos, individualizados y a sus instituciones formalmente representativas. Fuera, o en el margen, se ha colocado al conflicto y los actores colectivos que, para salir en escena y adquirir existencia mediática, suelen recurrir a la resistencia, la desobediencia masiva, incluso a la violencia. En nuestro caso, por ser un partido político no extremista, hemos buscado la integración sin conseguirla. Sin quererlo, entramos a formar parte de un conjunto de “resistentes” a los cuales los caracteriza su extremismo. En gran medida, esto pudiera hipotecar nuestro futuro.
2 – Otro punto de partida: la deriva amarillista.
Junto a la actividad parlamentaria cómo ámbito de acción exclusivo de la política, en los últimos años se aprecia una deriva clara por parte de los medios de comunicación masivos hacia el amarillismo sensacionalista y los sucesos. El auge de la televisión basura es una preparación para campañas electorales “basura”, con un fuerte componente de cotilleo y reproche. Lo social reducido al formato de espectáculo mediático juega su papel en tres niveles:
-Generación de una demanda informativa sobre lo real en el límite de la racionalidad. Los ciudadanos dejan de elegir por el programa, eligen por el “aspecto”. El entrenamiento previo, fortalece esa orientación.
- Construcción predefinida de audiencias. El electorado es llevado allí donde el sistema desea. El electorado no existe como tal, es creado para su uso. En general para la justificación de un sistema.
- Elaboración de un relato falsamente desideologizado sobre la naturaleza social del mundo. No debe haber mayores diferencias entre los protagonistas del debate.
3 – Entrando en materia: las dificultades para la comunicación política racional. Las dificultades de los ciudadanos.
Para extender al máximo el espectro de la audiencia, esto es, para obtener los mayores ingresos, para llegar "al gran público", hay que respetar una ley y un método que funciona perfectamente: limar las asperezas del discurso, redondearlo, rebajar los contenidos problematizadores, potenciar lo binario, lo intrascendente y anodino. Ha sido en la potenciación de lo binario, donde el bipartidismo se ha desarrollado. Cuanto más aspira a extenderse un proyecto mediático, más debe ajustarse a las categorías de percepción del receptor. Por ejemplo, lo habitual presentado como extraordinario permite presentar como noticiable el hecho de que en invierno hace frío o que las olas de calor nos afecten en verano, perros que han atacado a sus vecinos o la periódica fascinación histérica por las rebajas. Un modelo que se levanta sobre la reproducción formalizada de lo inane, difícilmente nos explicará o nos permitirá comprender las causas de una huelga, de la violencia machista, o el origen de una guerra. La reciente campaña no ha explicado, ha presentado. Un medio de masas, nunca presentará, a no ser que se le presione, un “producto político” poco conocido. No es rentable. Debemos convencerles acerca de nuestra rentabilidad.
Por la tanto la repercusión de los medios corporativos de masas en las pasadas elecciones va más allá de la bipolarización. Se está trabajando duro a la hora de crear un electorado incapaz de establecer una relación entre los hechos que les afectan, y su realidad cotidiana. Entre el “macromundo”, y el “micromundo” de cada ciudadano. En este sentido los proyectos “ciudadanos”, están amenazados de muerte, no solo el nuestro. En todo caso, se ha creado una masa de excluidos, lo suficientemente amplia como para empezar a ser importante.
La tendencia imperante hacia la homogeneización, la banalidad y la superficialidad no parte necesariamente de una estrategia consciente e individualizada (esto nos permite salvar a algunos profesionales de la misma manera que no exculpa de responsabilidad directa y personal a otros): se da dentro de una máquina o proceso productivo informacional que parte de cierta base cultural que comparte unos valores políticos y éticos, un criterio de selección, una idea sobre lo socialmente relevante y un estilo en el tratamiento (político) de la información. El conjunto es coherente, es campo o estructura periodística en la que sólo es posible un tipo muy preciso de resultado (información) y, a partir de él, una concepción reduccionista sobre la realidad. La consecuencia directa de esta tendencia, en las elecciones generales, ha sido la de centrar el debate en dos propuestas exclusivamente. Es lógico que sea así. La banalización no necesita de matices. El share de audiencia es prueba de democracia, a mas share mas representatividad. La lógica mediática es fiel a si misma: al haber alcanzado el primer debate entre Zapatero y Rajoy un máximo histórico de audiencia, la democracia ha salido fortalecida.
Si tal como nos incitan los medios corporativos, nos limitamos a simular actividad racional, no sabremos nunca el por qué de ciertas cosas ni la verdadera dimensión de muchas otras. De la misma manera, los hechos noticiables con origen político-económico son presentados como catástrofes o inclemencias naturales seriadas, de tal forma que la realidad se reconstruye en forma de noticia como una ristra de acontecimientos organizados en la parrilla de programación, sucesión de hechos independientes, en condiciones de generar determinada sensación de conjunto (aprobación, miedo, rechazo, inseguridad, ira). Esto no nos permite mantener un vínculo comunicativo permanente con la generalidad de la población, carecemos de una cuota de share mínimamente aceptable.
Para resumir, nuestra débil posición intrínseca deriva de lo siguiente: nuestro mensaje es racionalista en un contexto en el que prima la irracionalidad.
Se describe, se incide sobre los aspectos más espectaculares, se prepara un espacio para el entendimiento en el que nada de lo que ocurre se explica, nada de lo que se cuenta se comprende: la información mass-mediática se selecciona, se procesa y se emite de forma que "deje intactas las estructuras mentales" levantadas en un juego maniqueo que entiende la vida y sus acontecimientos como la obligada contraposición dual de lo bueno frente a lo malo (PSOE-PP, PP-PSOE, oriente-occidente, islam – cristianismo ( sic ) )
Los medios corporativos de masas recurren a categorías analíticas propias para acercarse a la realidad. De nuevo debo insistir en esto, es fundamental que nos hagamos cargo de esta realidad: nuestra manera de analizar la realidad política se basa en unas categorías muy distintas a las del profesional del “periodismo” mediático. Debemos trabajar en su traducción.
Se trata de estructuras conceptuales que organizan lo percibido, definen lo visible y lo invisible como condición de posibilidad o de existencia. El resultado de la selección se presenta en una deliberada re-contextualización (en realidad, el contexto amplio de un hecho prácticamente desaparece): no hay explicación ni causas que vayan mas allá de la mera reconstrucción de lo estrictamente inmediato (en el tiempo y también en el espacio), casi siempre el testimonio de un "testigo" aderezado en algunas ocasiones por la opinión de un "experto". En ambos casos, se escenifica un simulacro de explicación articulado sobre ideas preconcebidas o lugares comunes que en ningún caso amplían o estimulan la reflexión racional: la interacción hilada sobre dos elementos que trabajan con ideas ya procesadas (pre-juicios) es un acto que sólo puede definirse como comunicativo, en tanto que cuenta con los dos elementos de la definición canónica -emisor y receptor-, pero en ese contexto la comunicación, entendida como interacción racional, es apariencia y simulacro.
5 – Buscando nuestra inserción.
Se hace imposible el gobierno sin un plan y un conjunto de medios para la comunicación política, de la misma manera que a día de hoy es inconcebible el diseño de un plan de comunicación sin medios para la comunicación. Definir nuestro propio escenario para la comunicación es una tarea que nos marcamos y que está más allá del análisis de la lógica comunicativa del poder y de su rechazo. Nuestros reductos en la red (una red extensa y tupida, pero una red invisible para la mayoría) hacen posible la supervivencia a pesar y por encima de los medios corporativos, pero es insuficiente para una proyección de mas calado.
Este es un punto del que debemos reconocer que de momento no podemos salir. Debemos intentar adaptarnos. De las pocas vías posibles a día de hoy de las que disponemos es formar la puerta de entrada, formando un movimiento social de acceso a los medios corporativos, al cual, por analogía con la transición, podríamos llamar Platajunta.
De otro modo, debemos trabajar duro a la hora de generar descrédito entre la población acerca de la credibilidad de los medios de masas, ese es su talón de Aquiles, sin credibilidad no hay conglomerados periodísticos. La credibilidad, es de las pocas cosas, como el amor o la auténtica amistad que no las puede pagar el dinero.
La hegemonía de la TV en el campo arrastra al conjunto de medios al modelo de superficialidad informativa y la banalidad cultural, que ha cristalizado en la basura y exhibicionismo que impera. Hoy el ritmo, la ley, el paso, lo marca la TV que reorganiza al resto de medios en torno a su agenda y a su estilo. El peso relativo de la TV es impresionante y, con independencia de las tiradas o las audiencias de otros tipos de medios, su formato es hegemónico e indiscutible. Esto debemos tenerlo muy en cuenta, toda estrategia política debe ser en el fondo, a partir de ahora una estrategia de acceso a la televisión, todo lo que se insista en este punto es poco. Francamente espero y deseo, que vosotros mis compañeros entendáis que a partir de ahora, estrategia política es estrategia de acceso a la televisión, nos guste o no. El partido debe trabajar de forma permanente en localizar los puntos débiles del sistema corporativo de televisiones (competencia entre trusts, debilidad política de los trusts, políticas de concesión de licencias...) con el objetivo de forzar la puerta. Así de sencillo, liso y llano.
La concepción de la información impuesta por la televisión, se impone al conjunto del campo periodístico, desciende desde la pantalla y se hace con la prensa escrita y la radio: representación de la vida en un contexto de falso vacío político, anécdotas y sucesos. En consecuencia, de conseguir el acceso a la televisión, conseguiríamos el acceso a prensa y radio. En combinación actúa la publicidad política donde tienen su espacio el adoctrinamiento y las coletillas recurrentes acerca de la democracia y el estado de derecho. Coletillas y estilos manidos que serían más respetables si quienes los “defienden” creyesen en ellos.
Este tipo de realidades no son nuevas. Se evidencian, al mismo tiempo, las carencias en términos de legitimidad de un régimen mediático-corporativo constituido como diseño de la tecnocracia franquista. Sencillamente estamos asistiendo a una renovación de imagen de algo ya conocido: la televisión tardofranquista.
Tengamos esto en cuenta: los medios de masas solo rentabilizarán su cobertura de la campaña, si la convierten en un espectáculo, y si a partir de ahí adoptan una política de “merchandising”, orientada a la rentabilidad. Dado que el espectáculo es un concepto con escasa y a veces nula participación del raciocinio, las campañas electorales, a partir de ahora, es muy posible que vayan degradándose cada vez más en ese sentido. La degradación de la pasada campaña, es la continuación lógica de un proceso general de degradación de la televisión. Y eso puede afectarnos de múltiples formas, no solamente del lado del de la bipolarización, podría llegar a hacerlo de la persecución si en algún momento el sistema de medios corporativos se lo propusiese.
En el régimen de producción y circulación que impera, la volatilidad de lo producido es condición de supervivencia del sistema mismo. La información convertida en mercancía se produce en las factorías del espectáculo para ser consumida en el mercado mediático. El acontecimiento, unidad de producción y medida de los medios de masas, circula a alta velocidad y caduca en el momento en que es desplazado por el siguiente en la cadena de montaje de lo real que constituyen las redacciones, editoriales o productoras. En una secuencia vertiginosa, ocupan su tiempo y su espacio, estallan ante los ojos de la audiencia, y desaparecen tan rápidamente como irrumpen en escena. Sin hilos que los hilvanen, sin relaciones de tipo causal entre unos y otros, sin tiempo (que desaparece en el vértigo), y, por lo tanto, sin historia y sin memoria, "nada puede ser recordado ni nada puede ser explicado... el tempo del acontecimiento es incompatible con el tempo del pensamiento". La aplicación práctica de estas reflexiones nos lleva a dos posibles vías, ambas extremas:
- Ponerse al margen.
- Buscar la integración jugando”mas fuerte que nadie”. Hiperagresividad de la imagen que no del mensaje.
También debemos tener en cuenta por lo tanto, que el recurso, intelectualmente elitista a la historia como fuente de sabiduría, podría desaparecer de nuestras campañas para ser sustituido, por prácticas puras de imagen. Esto es lo que recomiendo expresamente.

POR LO TANTO:

Descontado por lo tanto estas insuficiencias, reconociendo nuestra necesidad de proyección, y teniendo en cuenta las anteriores reflexiones:
Propongo la creación de una coordinadora de partidos políticos minoritarios, con la finalidad de aumentar nuestro acceso a los medios de masas:
A partir de aquí, ahora os toca a vosotros, queridos compañeros, seguir desarrollando. Yo me voy de vacaciones de Semana Santa con los deberes hechos. Siete son las horas que he estado trabajando ante la pantalla. Hasta la vuelta. Ciao

alfredo dijo...

Hola compis. Como de costumbre, muy de acuerdo con las propuestas del autor del texto. Espero que si se realiza el Congreso extraordinario, el compañero se lance con gente que tenga tan brillantes e interesantes ideas que puedan relanzarnos.
Ahora bien, tendríamos que preguntarnos más cosas. Y es que a parte de los medios, creo que otro de los grandes errores de ciudadanos, es no haber estado presente en la calle. No tenemos que olvidarnos que sin patearnos la calle, sin llevar nuestras ideas e impulsar plataformas y organizaciones sociales, tampoco podremos salir del ghuetto.
UP y D, sin salir apenas en los medios, ha sacado 300000 votos. ¿porque ellos sí y nosotros hemos fracasado estrepitosamente?.Evidentemente que Rosa es muy conocida 7y nosotros no. Pero en algo, o en muchas cosas, nos hemos equivocado.
Saludos.